Como sociedad, pertenecemos a la mercadotecnia. Que nadie nos engañe, pues todos caemos en las redes del marketing.
Nos vestimos según Zara mande, llevamos el pelo de Jennifer Aniston, compramos la cafetera de George Clooney, tenemos facebook e instagram, twitter y correo electrónico, no nos separamos de nuestro smatphone, ipad, portátil, y todo esto mientras nos sentimos más felices tomando una coca cola.
Nuestro mundo gira en torno a cosas que necesitamos, sin las cuales viviríamos de una manera muy distinta. Sin las cuales, el concepto de moda sería muy diferente, nuestra cultura sería muy diferente. No tendríamos best sellers para adolescentes inundando las librerías, ni cine y palomitas con superproducciones repetitivas, ni esta música... La música que se lleva, que se baila, la que ponen en los locales, la música que todos escuchan.
La música es quizás, el elemento cultural que más ha perdido en las últimas décadas, que más se ha minimizado, que más se ha desvalorizado, que mengua considerablemente y en ascenso. Quedando relegados ciertos géneros a ámbitos más minoritarios; hablemos de la música clásica, del jazz, de la música folclórica y étnica, ...
Qué música escuchamos en general?
Si te haces esta pregunta y te contestas Jarabe de palo, estás perdido en las redes del marketing.
Y es cierto. Las canciones machaconas, con melodías simples, ritmos pegadizos y armonía mínima son aquellas que más recordamos, escuchamos, que más nos gustan en definitiva.
Si no es así, dime que no te vienen a la cabeza determinadas canciones cuando lees estas palabras:
Depende.Umbrella.Poker face.Gasolina.
Al principio no me gustaba, pero después de escucharlo varias veces...
Sus primeras canciones no me gustaban, pero los últimos discos que son más conocidos...
No me gustaba, pero ahora que lo ponen en los cuarenta principales...
No es que yo tenga nada en contra de la popular cadena de radio, pero lo cierto es que aquellos a los que hace hueco en sus programaciones, juegan una baza que resulta irresistible. El estar hasta en la sopa.
Por desgracia, los méritos personales a la hora de vender música, los conocimientos teóricos o la misma creatividad no tienen ningún mérito para el público de masas, y eso en los cuarenta lo saben. Hay temas musicales que nadie conocería si no fuera por una excesiva repetición constante desde los medios de comunicación.
Así que si piensas que eres un imán para la publicidad y el consumismo puro, puede que tu naturaleza esté más predispuesta de lo que crees a caer en en las redes del marketing. Te lo cuento con esta explicación sobre el efecto de mera exposición.
El efecto de mera exposición.
El efecto de mera exposición consiste en la presentación de un estímulo que inicialmente es neutro, es decir, algo a lo que no prestamos mucha atención en un principio, que no genera en nosotros una respuesta inmediata. A continuación, este estímulo se repite sistemáticamente, y esta acción provoca entonces una respuesta positiva.
Este efecto psicológico guarda relación con el sentimiento de familiaridad y la atracción. Tenemos sentimientos positivos hacia lo que nos es conocido, familiar; por tanto, un estímulo que se repite hasta la saciedad nos acaba gustando. La mera exposición nos muestra sensaciones que son tomadas por publicistas y expertos en marketing para fomentar un negocio basado en el estudio del comportamiento humano.
Pero en La atención selectiva no nos podemos quedar con una visión tan negativa del fenómeno musical de masas. Así que, para nadar a contra corriente, no tenemos más que analizar la música que consumimos. Escuchar muchas veces no significa escuchar mejor. Tenemos una responsabilidad para con los futuros oyentes. Ante melodías cada vez más simplificadas, el aprendizaje musical decrece y lo que les queda a nuestros pequeños es verdaderamente pobre. El cambio es difícil, la lucha contra la mercadotecnia es muy complicada, pero nuestros gustos y personalidad deberían estar siempre por encima de toda manipulación social.
Y para despedirme, no puedo evitar el hacerle un homenaje a uno de los grandes, de los que no necesitaron nunca del efecto de mera exposición, porque con una sola nota tocan el cielo. Nos ha dejado con 89 años y una vida plena. Hasta la vista BB, que allá donde estés sigas moviendo almas.
Sólo hay dos maneras de resumir la música: o es buena o es mala. Si es buena no le das más vueltas, simplemente la disfrutas.
6 comments
Muy bueno Elvi! Sin dudas que estamos tan incorporados y acostumbrados a la sociedad capitalista que nos toca vivir que a veces es difícil distinguir entre "necesidades creadas" y "necesidades reales". Y aunque el mejor ejemplo del efecto de mera exposición se de en la música vale para todo... creo que la influencia de ese efecto es proporcional a la mayor o menor personalidad que cada persona tenga, hay que tener una personalidad muy desarrollada y segura para quedar excluido de lo que les gusta a todos y está de moda, con el sufrimiento que eso puede implicar. Si hay una palabra que detesto totalmente es "moda"... y para mí es el concepto opuesto de "pasión", porque para la moda existe el tiempo y para la pasión no. Cuando algo te apasiona y te gusta de verdad si es de hoy, de ayer o de hace mil años es irrelevante.
ResponderEliminarBikos y un abrazo Elvi!
Gracias, Benja! Como siempre, me quito el sombrero!! Lo que dices sobre la pasión me encanta. Yo también la utilizo con mis alumnos como una palabra talismán. Y porque conozco tus gustos sé cuanto desechas la moda! Gracias por pasarte! Bikos!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe gusta mucho el artículo y punto de vista y lo apoyo, y me gustaría añadir q, aunque BB no lo necesitase, sí estaba apoyado por grandes empresas y medios de comunicación ya que pertenecía a la "humilde cooperativa" UNIVERSAL MUSIC GROUP, donde Justin Bieber también es vendido como caviar de beluga.
ResponderEliminarAlgun empujoncito le daría su empresa, lo que no quita que fuese un bluesman excepcional.
Un saludo y enhorabuena por clarificar con ciencia lo que pienso desde hace mucho!
Sergio wOr
Hola, Sergio! Totalmente de acuerdo con ese punto de vista. La música no deja de ser un negocio, hoy y ayer. Solo que en otras épocas tenían más en cuenta el talento, pero es cierto lo que comentas. Gracias por pasarte y por tu comentario tan acertado!
EliminarHola, Sergio! Totalmente de acuerdo con ese punto de vista. La música no deja de ser un negocio, hoy y ayer. Solo que en otras épocas tenían más en cuenta el talento, pero es cierto lo que comentas. Gracias por pasarte y por tu comentario tan acertado!
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